sábado, 18 de junio de 2011

Tanto tiempo...



Sí, hace demasiado tiempo que mi voz se ha callado, tal vez porque no tengo cosas para decir o porque el tiempo silencia las grandes verdades.

Camino por las calles y la gente va demasiado rápido, no hay sonrisas ni buenos modales, la mala educación es la moneda corriente. Aprendí a no quejarme, pero no puedo, no me acostumbro a esta tierra de nadie corroída por el capitalismo bestial que a nadie beneficia.

No sé cual es la historia que funciona, me educaron para no pensar y lo poco que sale de mis neuronas es fruto de mi rebeldía que no se ciñe a las normas desde el día que entendí que la fiesta era para unos pocos. A los demás, a ti, a mí, solo nos queda abrirnos caminos posibles, plantar nuestra propia huerta para que no nos sigan envenenando e ir lo menos posible al médico.


Así es, señores! A vivir como podamos, que en lo que a mí concierne, ya voy en el último vagón y quién sabe cuando me dejarán tirada en el próximo andén.

No hay comentarios: