Hace ya casi seis años que vivo en el "Primer mundo". Supongo que ellos mismos se habrán auto bautizado quizás comparándose con el "Tercer mundo", lugar donde yo nací.
Lo interesante de haber vivido en ambos es que puedo comparar, opinar, porque tengo algo que se llama "criterio propio" y podría enumerar una serie de situaciones que me llevan a poner en duda que esto sea algo parecido al primer mundo. Tal vez si me detengo en los detalles de los contenedores de basura en las calles, las aceras limpias cuando pasa la Bcneta, (empresa que limpia la ciudad en dos segundos con sus manguerazos y un séquito de súbditos mal pagos todos ellos del tercer mundo) o tal vez las salas de los ambulatorios, donde la seguridad social se asemeja mucho a las clínicas privadas de mi amado tercer mundo. Hasta aquí la historia pinta bien.
Hace un par de semanas tuve un pico depresivo- supongo que no es fácil vivir bajo tanta presión laboral y tener tantas responsabilidades- y terminé ingresada en un Hospital, en la sala de emergencias psiquiatricas, donde un caraculo con título de psiquiatra me ató los brazos porque yo tenía un ataque de pena y por más que supliqué el muy bestia me decía:
- "Ya te desataré, cuando te calmes"- Ciertamente mientras más tiempo pasaba atada más me enfurecía-
- "Ya te desataré, cuando te calmes"- Ciertamente mientras más tiempo pasaba atada más me enfurecía-
Allí fue donde ese estado de alerta que tenemos activado los que venimos sobreviviendo a la embestida de bestias que andan sueltos por el mundo, me dijo: "Oye Pat, deja de hacerte la loca porque de aquí no te saca nadie", y una vez que me calmé salí por patas por la puerta de entrada.
Lo interesante del caso es que un par de semanas después regresé con la idea de buscar una terapia de apoyo y me tocó esperar en una salita adentro, donde otra mujer con ataque de "tristeza", estaba en la misma situación que yo me vi días atrás, el bestia hacía lo mismo que hizo conmigo mientras el séquito de asalariados con menos cargo, cumplian a pie juntillas sus órdenes.
Casi me levanto y voy a contener con un abrazo a la pobre mujer, que lo único que necesitaba- como yo en aquellos momentos- era un poco de afecto y comprensión, pero me contuvo la idea de volverme a ver en el mismo lugar. Supongo que no me es comprensible aceptar tanta barbarie, ya que provengo de una tierra donde la psicología y las personas, todavía cuentan.
Entre otros detalles, paso a comentar que la crisis económica que se está viviendo en España en estos momentos, no se nota demasiado, porque los restaurantes siguen llenos, los días de puente la ciudad se vacía y los destinos turísticos están con los cupos a tope. "Cosa curiosa"- me dije- y como bicho inquieto pasé a encontrar la respuesta: el gran negocio es tener una propiedad a tu nombre, entonces así se entiende que un mil eurista vaya sobrado en estas épocas de crisis: Hipoteca sobre hipoteca y nadie se priva de la fiesta eterna. En el tercer mundo no se nos ocurriría jamás volver a hipotecar la casa para irnos de vacaciones....
Vaya...¿Quién lo bautizó primer mundo?